Laura Escanes ha decidido dejar atrás el perfil bajo en lo sentimental. La influencer catalana, que durante meses optó por mantener su vida amorosa al margen del ruido mediático, ha dado un paso al frente. Y lo ha hecho de la mano del esquiador andorrano Joan Verdú, con quien vive una relación que, lejos de esconderse, se muestra con naturalidad y ternura.

La pareja fue vista el pasado 2 de mayo en las gradas del Mutua Madrid Open, durante las semifinales del torneo. Allí, entre miradas cómplices, sonrisas relajadas y gestos de cariño, dejaron claro que lo suyo va más allá de un romance pasajero. Sin necesidad de artificios, su complicidad fue evidente, convirtiéndose en uno de los momentos más comentados fuera de la pista.

Un presente que habla por sí solo

Este nuevo capítulo en la vida de Escanes coincide con una etapa especialmente positiva para ella. Hace pocos días, confesaba en una entrevista que se encuentra en un punto de equilibrio: “Estoy muy contenta y bien rodeada, tanto en lo personal como en lo profesional”. Ahora, esa afirmación cobra fuerza al verla tan cercana a Verdú, con quien comparte no solo tiempo, sino también momentos que hablan de estabilidad y conexión real.

Su historia comenzó con rumores y tímidas apariciones, pero poco a poco ha ganado forma. Las redes sociales, antes territorio vedado para su intimidad, hoy reflejan retazos de una relación serena y sólida, con publicaciones y mensajes que dejan entrever lo bien que encajan.

Tras su ruptura con el cantante Álvaro de Luna, Laura eligió el silencio y se centró en su hija y en su carrera. Pero el vínculo con Joan Verdú ha supuesto un nuevo comienzo. Sin declaraciones grandilocuentes ni posados forzados, han construido algo genuino, que no necesita esconderse para ser real.

Mientras el tenis marcaba el ritmo en la pista, en las gradas se vivía otra historia: la de dos personas que, sin hacer ruido, han apostado por quererse sin máscaras. Porque a veces, el amor más auténtico es el que simplemente se deja ver.

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