Cristina Pedroche ha vuelto a dejar huella en la noche de las Campanadas, y no solo por su ya tradicional sorpresa estilística. Este 31 de diciembre, desde una nueva terraza junto a la Puerta del Sol, compartida con David Broncano y Lalachus, la presentadora madrileña transformó una vez más el final del año en un momento de impacto emocional y visual. Junto a Alberto Chicote, y lejos del habitual balcón, Pedroche ha sabido renovar la fórmula con un mensaje que va mucho más allá de la moda.
El vestido, diseñado por Josie en colaboración con artesanos españoles y con el apoyo de UNICEF España, fue una auténtica obra de arte con alma. Confeccionado en croché de algodón, adornado con pan de plata, plumas de papel y 8.500 cristales elaborados a partir de leche materna, el diseño pesaba 42 kilos y se realizó en más de 2.500 horas de trabajo artesanal. Cada detalle estaba pensado para lanzar un mensaje: proteger la infancia.

Una estética cargada de significado
Inspirado en figuras mitológicas como Deméter o Cibeles, el vestido simboliza la maternidad, la fertilidad y el cuidado. No se trataba solo de una elección estética, sino de una declaración pública en apoyo a los derechos de la infancia y contra cualquier forma de violencia hacia los más pequeños. “Este vestido encarna el poder de lo femenino”, señaló Josie, quien colaboró con marcas como Vivascarrión y Morir de Amor para dar forma a esta pieza única.
José María Vera, director ejecutivo de UNICEF España, agradeció la iniciativa, recordando que millones de niños y niñas viven expuestos a violencia en sus hogares, escuelas o en internet. Acciones como la de Pedroche ayudan a visibilizar una realidad urgente y a fomentar la implicación social.

La noche no pudo ser más redonda para la presentadora. En pleno momento dulce de su vida personal, celebrando la llegada de su segundo hijo con Dabiz Muñoz, Cristina Pedroche ha convertido las Campanadas en algo más que una despedida del año: un homenaje a la maternidad, la infancia y la esperanza.