El 5 de enero, Bad Bunny sorprendió a sus seguidores con el lanzamiento de ‘Debí tirar más fotos’, un disco que, en cuestión de horas, se convirtió en todo un fenómeno. Con 17 temas cargados de ritmo, melancolía y confesiones, el puertorriqueño vuelve a demostrar que está en la cima. Sin embargo, más allá del éxito musical, los fans han encontrado en este álbum una serie de pistas que podrían estar dirigidas a sus exnovias, especialmente Gabriela Berlingieri y Kendall Jenner.
Una portada con historia
Desde la publicación de la portada, las teorías no han dejado de circular. En ella, dos sillas de plástico vacías rodeadas de vegetación evocan una imagen de 2021 en la que el cantante aparecía con Gabriela, su pareja entre 2017 y 2022. Muchos lo han interpretado como una referencia directa a su ruptura. Aunque nunca se aclararon los motivos del final de la relación, la portada parece invitar al recuerdo.

‘Baile Inolvidable’, ¿una salsa dedicada?
El videoclip de ‘Baile Inolvidable’, uno de los temas más destacados del álbum, ha encendido aún más las especulaciones. En él, Bad Bunny baila con una mujer que guarda un gran parecido con Gabriela. El vestuario y la estética recuerdan a los Billboard Music Awards de 2021, cuando la pareja asistió junta. La letra, cargada de nostalgia, apunta a un homenaje encubierto.
Ver esta publicación en Instagram
Mensajes en clave
Canciones como ‘EL CLÚB’ y ‘Turista’ parecen esconder mensajes personales. En la primera, el cantante menciona años clave: “2019, un pestañeo y ahora estamo’ aquí, 2020, la última ve’ que yo fui feli’, 2022, la última ve’ que yo te vi”, una cronología que muchos relacionan con su romance con Gabriela.
En ‘Turista’, las referencias podrían dirigirse a Kendall Jenner: “Tú solo viste lo mejor de mí… te fuiste sin saber el porqué de mis heridas”. Para sus seguidores, es una clara alusión a una relación breve, intensa y poco comprendida.
Aunque el artista insiste en que sus letras son abiertas a interpretación, los detalles parecen hablar por sí solos. Y lo cierto es que, entre ritmos y versos, Bad Bunny ha logrado lo que pocos: convertir su vida privada en una experiencia compartida.