Sarah Jessica Parker nunca ha sido una seguidora de las normas. Ni como actriz ni como icono de estilo. Y una vez más, lo ha dejado demostrado. Su última aparición ha desatado muchas conversaciones entre estilistas, editoras de moda y amantes del buen vestir. Esta vez, el foco no está tanto en el vestido o en los accesorios de lujo, sino en algo tan básico —y polémico— como los pantalones pitillo.
La actriz ha tomado los infames skinny jeans y los ha reinventado sin recurrir a grandes marcas ni costosas tendencias sino a su manera como lo sabe a hacer. El resultado: unos capris caseros, perfectamente cortados, que marcan el inicio de una nueva forma de ver el estilo esta primavera-verano. Con este gesto, Parker no solo redefine cómo se llevan los pantalones, sino que lanza una reflexión silenciosa sobre el reaprovechamiento de prendas olvidadas.

Una lección de estilo (y sostenibilidad) con acento neoyorquino
La actriz decidió apostar por un look en tonos neutros —gris y negro—, esto compuesto por camiseta básica, abrigo largo, bolso acolchado de Chanel y botines de tacón. El conjunto podría pasar desapercibido si no fuera por ese toque rebelde y creativo en sus vaqueros. ¿Casualidad? Nada es casual cuando se trata del estilo de Sarah Jessica Parker.
En plena era del consumo masivo y la renovación constante del armario, su decisión tiene peso. Porque en un solo paseo por Nueva York, la actriz ha logrado lo que muchas campañas intentan: captar miradas, provocar debate y rescatar una prenda en desuso. ¡Solo lo puede hacer ella !
Una vez más, Sarah Jessica Parker demuestra por qué sigue siendo un referente. No por lo extravagante, sino por lo atrevido. Y es que no todas se atreven a cortar unos pitillos, darles una segunda vida y caminar por Manhattan como si fuese la pasarela más importante del mundo.