Medio año después de ser condenado a cadena perpetua por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, el caso de Daniel Sancho está lejos de cerrarse. La defensa del joven español ha presentado un recurso de 400 páginas ante el Tribunal de Phuket, en Tailandia, con la intención de revocar la sentencia. Mientras tanto, Sancho permanece recluido en la prisión de Surat Thani, a la espera de una decisión que podría cambiar su futuro.

Los hechos se remontan a agosto de 2023, cuando Sancho y Arrieta viajaron juntos al país asiático. Lo que iba a ser una escapada romántica se convirtió en una pesadilla: el cirujano apareció muerto y desmembrado, y Daniel confesó el crimen ante las autoridades locales y narró en un vídeo como cometió el asesinato al colombiano. La justicia tailandesa lo condenó por homicidio con premeditación, pero sus abogados sostienen que no fue un asesinato planificado, sino una reacción desesperada ante una agresión.

Un recurso con argumentos clave

Encabezada por el letrado Marcos García-Montes, la defensa del hijo de Rodolfo Sancho ha querido desmontar la acusación desde la raíz. “No existen pruebas directas que demuestren premeditación”, argumenta el documento, que insiste en que Daniel actuó por defensa propia ante un supuesto intento de agresión sexual. El texto subraya que, aunque Sancho admite haber descuartizado el cuerpo para ocultarlo, niega haber tenido la intención de matar.

Además, el recurso apela a una revisión en profundidad del proceso judicial, poniendo en duda la proporcionalidad de la condena y la objetividad del tribunal de primera instancia. El nombre del juez que decidirá el destino del acusado sigue sin conocerse, aumentando aún más la tensión que rodea este mediático caso.

Con el procedimiento aún en curso, la posibilidad de que Daniel Sancho sea repatriado a España no está descartada. Su defensa no solo aspira a una reducción de pena, sino a una absolución total por parte de una instancia superior. Lo que está claro es que el caso Sancho está lejos de tener un punto final, y el desenlace aún mantiene en vilo a la opinión pública.