Después de conquistar al público con la Telenovela, Jessica Cánovas —La Flaka— regresa con más fuerza y, por supuesto, un alma renovada. En este momento, se encuentra disfrutando del estreno de su nuevo single, una reinterpretación del icónico tema Obsesión de Ana Gabriel, pero le ha dado un toque con una mezcla de flamenco íntimo y base electrónica, en una producción que lleva su firma artística y también la de su pareja, el músico y productor Junior. Charlamos con ella sobre música, recuerdos, televisión y nuevos horizontes.

“Obsesión ha sido un reto. No quería tocarla, pero al final la hice mía”

¿Por qué versionar una canción tan emblemática como Obsesión?
Siempre he admirado muchísimo la versión original, por eso me costó decidirme. Al principio no quería cambiar nada. Me daba un respeto enorme. Pero llegó un punto en el que entendí que, si la hacía, tenía que ser desde mi voz, mi estilo, mi verdad. No un simple homenaje, sino una reinvención. Y así nació esta versión, con ese toque mío tan flamenco y con la base electrónica que le metió Junior. Ha sido un trabajo de equipo muy emocional.

¿Cómo lograsteis el equilibrio entre esos dos mundos: flamenco y electrónica?
Fue muy natural. En casa vivimos la música desde muchos ángulos. Junior es más electrónico, yo soy puro flamenco. Él aportó esa base más actual, sin que se perdiera la raíz. Mi voz ya trae el flamenco incorporado, no tengo que forzarlo. Así que lo difícil fue medir para que la producción no se comiera la esencia del tema. Y creo que lo conseguimos.

“Me veo más como coach que como concursante… aunque MasterChef me tienta”

Tu nombre artístico tiene mucha fuerza. ¿Cómo nació “La Flaka”?
(Ríe) Fue algo casual. Un amigo artista me dijo un día: “Tú eres La Flaka, y punto”. Yo estaba probando varios nombres, pero ninguno me convencía. Ese fue directo, sin rodeos, y así se quedó. Ya nadie me llama Jessica, salvo mi madre.

Empezaste muy joven en la música. ¿Cómo recuerdas aquellos inicios?
Con mucho cariño. Desde pequeña me subía a cantar en todos los festivales del cole. Mi madre siempre me animó. Interpretaba canciones de Isabel Pantoja, Marta Sánchez… Siempre era la primera en salir. Aunque en aquella época también quería ser monja (ríe). Estudié en un colegio religioso y me veía cantando en el coro del convento. La música me acompañaba por todos lados.

En La Voz llegaste al gran público. ¿Qué te dejó esa experiencia?
Fue una experiencia increíble, aunque también muy intensa. Las votaciones, los nervios, la presión… El corazón se te sale del pecho. Me encantó, pero no creo que repitiera como concursante. Eso sí, como coach no me importaría. Y si me propusieran algo distinto como Eurovisión o MasterChef, ¡ahí sí que me lo pensaría!

“Este tema me lleva a un verano en la playa, con mi mejor amiga, bailando toda la noche”

¿Qué relación personal tienes con esta canción?
Para mí Obsesión es verano, amistad, juventud. Me recuerda a un verano en la playa con mi mejor amiga. Bailábamos esta canción toda la noche y la poníamos en el coche camino a la discoteca. Es una canción que me marcó. Por eso ahora quería hacerla mía desde otro lugar. Desde la mujer que soy ahora.

¿Qué respuesta estás recibiendo del público?
Muy bonita. Me llegan mensajes súper emotivos. La gente conecta con la emoción, con el giro que le hemos dado. Me dicen que les da ganas de bailarla, pero que también emociona. Eso es oro para mí.

¿Tienes nuevos proyectos en camino?
Sí, tengo varios temas preparados que irán saliendo en otoño. Pero ahora quiero saborear este momento. Este verano voy a estar dando conciertos por toda la costa de Cádiz, que para mí es como cantar en casa. Después vendrán cosas nuevas, pero sin prisa.

La Flaka no solo canta, también transmite. Con cada verso, con cada giro de voz, reafirma que hay artistas que no necesitan artificios para emocionar. Su versión de Obsesión es una prueba clara de que revisitar el pasado desde el presente puede ser un acto de verdad y valentía artística.