Oviedo recupera su butaca de oro

Un año de cine en el corazón de la ciudad que ha superado todas las expectativas

Hace justo un año, Oviedo recuperó algo más que una cartelera: recuperó la magia de sentarse frente a una gran pantalla en pleno centro de la ciudad. Cines Embajadores Foncalada abrió sus puertas el 23 de abril de 2024 con una premis simple pero también ambiciosa y es devolverle al público ovetense el placer de vivir el cine en salas. En el cual, hoy, doce meses después, el balance no podría ser más alentador.

Más de 120.000 espectadores, 5.000 sesiones y 200 estrenos avalan una apuesta que nació casi como un sueño. Miguel Ángel Pérez, empresario madrileño y alma del proyecto, lo tenía claro desde el inicio: “Oviedo merecía un cine, y lo hemos hecho realidad”.

El reto de reeducar al espectador

El camino no ha sido fácil, como todo proyecto cuando comienza. En un contexto dominado por plataformas de streaming, abrir una sala parecía un gesto nostálgico. Pero la respuesta ha sido contundente. Foncalada ha sabido adaptarse, manteniendo su personalidad. Principalmente, comenzó apostando por cine de autor, pero ha sabido virar hacia propuestas más comerciales sin perder identidad. Las palomitas para adultos, los ciclos de clásicos, la ópera en directo o la proyección en versión original (que supone el 40% de su programación) han construido un modelo atractivo y ecléctico.

Imagen tomada de redes sociales

El público, es amplio, es variado en edad y gustos, ha respondido. Desde familias con niños hasta jubilados que disfrutan del cine a dos euros. Películas como Tierra de nadie, Un funeral de locos o éxitos internacionales como Del Revés 2 han llenado las salas.

El futuro ya está en marcha

Lejos de conformarse, el equipo de Cines Foncalada prepara ya una nueva etapa. Entre sus planes: acoger un festival propio de cine en otoño, lanzar ciclos temáticos en colaboración con asociaciones locales y abrir la puerta a la proyección de cortos en asturiano. Además, buscan establecer vínculos con la Universidad de Oviedo y seguir convirtiendo la experiencia cinematográfica en un acto cultural vivo y participativo.

Un año después, queda claro que el cine no ha muerto. Solo necesitaba volver a encender las luces… y Oviedo ha sabido ver la película completa.