La relación de Shakira con la Hacienda española ha estado marcada por una disputa legal que comenzó cuando las autoridades fiscales la acusaron de evadir impuestos entre 2012 y 2014, periodo en el que, según ellas, su residencia principal estaba en España. Sin embargo, la artista sostenía que su domicilio fiscal se encontraba en otro país.
Un acuerdo millonario para cerrar el caso
En julio de 2022, tras años de investigaciones, Shakira pactó con la Agencia Tributaria el pago de 14,5 millones de euros, incluyendo intereses y sanciones, con el objetivo de evitar un juicio por evasión fiscal. La cantante decidió no prolongar la batalla legal y aceptó la deuda para cerrar el caso.
¿Por qué se dice que “cantó gratis”?
La frase «cantó gratis» ha sido utilizada para describir la situación de la colombiana, ya que una gran parte de sus ingresos de esos años se destinaron al pago de la deuda, dejando poco margen de beneficio para ella.
Shakira se trasladó a España en 2011 tras iniciar su relación con Gerard Piqué y estableció su hogar en Barcelona. Durante ese periodo, lanzó varios álbumes y realizó giras que le generaron importantes ingresos. Las autoridades españolas argumentaban que, al residir en el país, debía tributar por la totalidad de sus ganancias a nivel mundial, algo que la artista inicialmente negó.
Una investigación que puso a la estrella en el punto de mira
Las pesquisas comenzaron en 2018 para determinar si la colombiana había cumplido con sus obligaciones fiscales en España entre 2012 y 2014. A pesar de su gran éxito internacional, la artista insistía en que su residencia fiscal estaba en otro lugar y que había tributado en los países donde correspondía. Sin embargo, Hacienda defendía que pasó suficiente tiempo en España como para estar obligada a pagar impuestos allí.
El impacto en su imagen y su carrera
El acuerdo con las autoridades españolas no solo implicó el pago millonario, sino que también significó que la colombiana renunciara a seguir apelando y pusiera fin a la disputa legal. Aunque la controversia afectó momentáneamente su reputación, su impacto en la industria musical se ha mantenido intacto.
El caso de la artista refleja la creciente presión fiscal sobre figuras públicas con ingresos globales y múltiples residencias. La lección es clara: las estrellas internacionales no están exentas de rendir cuentas ante Hacienda, sin importar su estatus o éxito.