La imitadora venezolana Rebeca Maiellano, conocida artísticamente como Shakibecca, ha generado controversia al anunciar su espectáculo «Shakibecca, Experiencia LMYNL World Tour». El cartel promocional de este show presenta similitudes notables con el de la gira «Las Mujeres Ya No Lloran» de Shakira, lo que ha llevado a los fans de la cantante colombiana a acusarla de plagio y a solicitar acciones legales.
Shakibecca, quien ha imitado a Shakira desde su adolescencia, compartió en sus redes sociales la emoción por su nueva gira, que recorrerá varios países. Sin embargo, la comunidad de seguidores de la estrella no tardó en expresar su descontento, señalando que la imitadora está aprovechándose de la imagen y el éxito de la artista original, ya que no es la primera vez que traspasa los limites.
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Comentarios como «Shakira ya debería demandarla» y «Estás para internarte ya» reflejan la indignación de los fans, quienes consideran que esta acción sobrepasa los límites de una simple imitación y se adentra en el terreno del aprovechamiento indebido, al punto de que el público teme por la barranquillera, ya que considera que su comportamiento es «enfermizo», como lo señalan en los comentarios de la mayoría de publicaciones de Rebeca.
¿Admiración o obsesión?
La relación de la venezolana con la figura de la colombiana ha sido objeto de debate en el pasado. Algunos internautas han expresado su preocupación por lo que perciben como una obsesión, temiendo que esta admiración desmedida pueda tener consecuencias negativas.

Hasta el momento, la cantante no ha emitido ningún comentario al respecto. Sin embargo, la presión de sus seguidores podría llevar a que se tomen medidas legales para proteger su imagen y su trabajo, recordemos que la colombiana no es de polémicas, pero puede que este tomando cartas en el asunto.
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Este incidente plantea preguntas sobre los límites de la imitación artística y la protección de la propiedad intelectual en el mundo del espectáculo. La delgada línea entre el tributo y la apropiación indebida se vuelve aún más difusa cuando se trata de figuras públicas con una base de fans tan apasionada como la de Shakira.
En un entorno donde la originalidad y la autenticidad son altamente valoradas, este caso podría sentar un precedente sobre cómo se manejan las imitaciones y los derechos de imagen en la industria del entretenimiento.