El pop ha perdido a uno de sus mayores íconos. Britney Spears anunció oficialmente en sus redes sociales que no regresará nunca a la música. Tras unos años de altibajos, la cantante ha decidido alejarse de la industria musical como artista, poniendo fin a los tan esperados comebacks y al emblemático grito de “It’s Britney, Bitch”.
Este drástico paso llega después de los recientes acontecimientos en la vida de la princesa del pop. Finalmente, tras años de lucha, Britney ganó la demanda contra su padre, recuperando el control de su vida tras un largo período de publicar discos y realizar giras que no deseaba hacer. Además, ha finalizado su matrimonio con el modelo Sam Asghari y ha decidido compartir sus memorias en un libro que ofrece a sus fans y a todos aquellos interesados en conocer su historia y futuro fuera de la música.

«¡Para que quede claro, la mayoría de las noticias son basura!», declaró Britney Spears, desmintiendo los rumores de que estaría trabajando en un nuevo álbum. A través de una publicación en Instagram, aclaró: «Nunca volveré a la industria de la música». Los rumores de un posible regreso fueron rápidamente desmentidos por la cantante, quien dejó claro su deseo de continuar con su vida fuera de los focos.
Se retira de la música, pero sigue como compositora
Aunque Britney Spears ha decidido dejar de lado la música como cantante, no se aleja por completo de la industria. La artista ha revelado que continuará trabajando como compositora, un aspecto que disfruta actualmente. “Cuando escribo, lo hago por diversión o para otras personas”, afirmó Britney. “He escrito más de veinte canciones para otros artistas en los últimos dos años. Soy una compositora fantasma y sinceramente lo disfruto así”.
En su publicación, también desmintió un rumor que circulaba sobre su libro, La mujer que soy, y aclaró que no fue publicado sin su consentimiento: “Eso está lejos de la verdad”, explicó.
Es una noticia difícil de asimilar para muchos, pero con ello llega el cierre definitivo de un capítulo. Nunca volveremos a escuchar el esperado décimo álbum de estudio de Britney Spears, ni a verla interpretar sus icónicos éxitos en el escenario. Sin embargo, como ocurre con las grandes divas del pop, la esperanza siempre es lo último que se pierde.